viernes, 2 de enero de 2015

Sonda milagrosa

La sonda espacial Venus Express ha llegado a su fin, después de ocho años dando vueltas a Venus para estudiar su atmósfera. Se diseñó para funcionar en órbita del planeta vecino unos 500 días terrestres y ha superado con mucho su vida útil. Pero ahora se ha quedado sin combustible y apenas sin comunicación con la Tierra (los responsables de control tienen algún contacto esporádico e inestable desde el pasado 28 de noviembre). La nave, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), debe estar cayendo en la atmósfera venusiana y se da ya por perdida. “Durante su misión en Venus, ha proporcionado un estudio exhaustivo de la ionosfera y la atmósfera del planeta y nos ha permitido saca conclusiones importantes acerca de su superficie”, ha señalado Hakan Svedhem, científico jefe del proyecto en la ESA.

En los últimos meses, sabiendo que se agotaba el combustible, los responsables de la misión decidieron enviar órdenes a la nave para que realizara varias zambullidas en la densa atmósfera de Venus acercándose más y más a su superficie (hasta 130 kilómetros), una operación calificada de acrobática que ha permitido a los científicos obtener información adicional que no podían tomar desde la órbita normal de trabajo, mucho más alta, del artefacto. Estas operaciones, además, han proporcionado experiencia a los especialistas de control de vuelo acerca del denominado aerofrenado, un tipo de maniobra delicada que se ha utilizado ya –por ejemplo, en Marte- para poner en órbita una nave espacial rozando en sucesivas pasadas las capas altas de la atmósfera y perder así velocidad por la fricción hasta quedar atrapada gravitacionalmente, lo que ahorra combustible de frenado.

OPINIÓN

Esta sonda espacial que tantos progresos nos ha dado ha marcado un antes y un después.
Gracias a ella hemos descubierto grandes cosas

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